¿Qué son los macrominerales?

Los minerales son nutrientes que el organismo animal requiere en cantidades relativamente pequeñas si se compara con los macronutrientes (hidratos de carbono, proteína y lípidos), por esto es que, al igual que las vitaminas, son llamados micronutrientes.

Son compuestos inorgánicos que intervienen favoreciendo variadas funciones en las células.

¿Cómo se clasifican los macronutrientes?

Se clasifican en:

Macrominerales

Si la cantidad en la que son requeridos es en gramos: calcio, fósforo, magnesio, sodio y azufre.

Microminerales

Cuando se necesitan en pequeñas cantidades – miligramos o microgramos- o también conocidos como minerales traza. Son el cobre, cobalto, selenio, manganeso, iodo, zinc, hierro y molibdeno.

Macrominerales a considerar al formular dietas para vacas lecheras

Calcio

En las vacas productoras de leche hay una gran demanda de calcio sobre todo al comienzo de la lactancia.

Cuando esta demanda no llega a ser cubierta, se produce la hipocalcemia, enfermedad metabólico-nutricional, también conocida como fiebre de leche o paresia puerperal.

Se caracteriza por un desequilibrio momentáneo en la regulación de la concentración del calcio (Ca) en sangre y generalmente ocurre entre 48-72 h postparto.

Esta enfermedad ocasiona grandes pérdidas económicas en las unidades de producción lechera, fundamentalmente debido al costo de los tratamientos, las complicaciones secundarias y las muertes que ocasiona.

Entre los factores de riesgo de la hipocalcemia se consideran:

  1. La edad de la vaca,
  2. La demanda elevada de Calcio para producir calostro y leche,
  3. La dieta consumida durante el periodo de transición.

Los animales recuperados de un cuadro de hipocalcemia puerperal producen de 5 a 15 % menos leche en lactancia.

En un estado fisiológico ideal, normalmente, la hormona paratiroidea responde al descenso de calcio sanguíneo haciendo que el calcio se libere desde los huesos, que su excreción se reduzca en la orina y promueva la producción de vitamina D, necesaria para una absorción eficiente de calcio en el intestino.

En las vacas que padecen hipocalcemia, el pH de la sangre cambia y afecta el funcionamiento normal de la hormona paratiroidea. Para tratar de controlar los cambios de pH sanguíneo, es común alimentar con sales aniónicas y reducir la cantidad de cationes durante el período de tres semanas antes del parto. Sin embargo, inmediatamente después del parto se recomienda una dieta basada en cationes.

Además, el calcio es necesario para la función del músculo liso y el impulso nervioso. Las vacas que experimentan hipocalcemia también pueden experimentar retención de placenta debido a la incapacidad del útero de contraerse para liberarla.

La mastitis también puede ocurrir porque los músculos dentro de la punta del pezón se relajan y el tapón de queratina que sirve de barrera física antibacteriana se cae, facilitando la entrada de bacterias a la cisterna del pezón y a la cisterna de la glándula mamaria.

Pueden ocurrir otros trastornos como la cetosis debido a la reducción de la movilidad del tracto gastrointestinal y la baja ingesta calórica.

La deficiencia de calcio, aunque muy rara, tiene como resultado una enfermedad que causa deformidad ósea y se conoce como raquitismo.

Fósforo

El fósforo es un nutriente esencial tanto para el animal como para los microorganismos del rumen. Adquiere un rol muy importante en la producción y reproducción.

El fósforo está presente en todas las células del cuerpo, alrededor del 80% se encuentra en huesos y dientes. En el rumen, es empleado por las bacterias celulolíticas para la síntesis de proteína cruda microbiana. Al igual que la urea, puede reciclarse a través de la saliva y utilizarse en el tracto digestivo.

Al igual que el Calcio, la absorción de fósforo ocurre a través de la función de la vitamina D o mediante transporte pasivo cuando las concentraciones son altas. La síntesis de la forma activa de vitamina D ocurre cuando el fósforo sanguíneo es bajo.

La sobrealimentación de fósforo ha sido motivo de preocupación últimamente porque lo que no es empleado por el organismo animal es fácilmente excretado llegando a los cuerpos de agua causando desbalances en el ecosistema.

Los signos de la deficiencia de fósforo, aunque rara, son muy generales y se asemejan a la de otros minerales. Estos incluyen falta de apetito, crecimiento deficiente, fertilidad reducida y, por lo general, un rendimiento general deficiente. La hipofosfatemia debe tenerse en cuenta en vacas que tienen mellizos.

Magnesio

Las reservas corporales de magnesio son pocas. Al comienzo de la lactancia ocurre un gran incremento de su demanda que puede ser cubierto directamente por el magnesio del forraje, pero si éste no es suficiente puede aparecer la tetania hipomagnesemia, con pérdidas de producción debida a la mortandad de animales.

Este mineral es absorbido principalmente en el rumen, su absorción es deprimida por el potasio y favorecida por el sodio. Así, la deficiencia puede ocurrir cuando los pastos y los alimentos contienen altas cantidades de potasio, debiendo ser suplementado especialmente cuando se alimenta con pastos y forrajes de alta calidad.

Sodio, cloro y potasio

Los elementos sodio, cloro y potasio son nutrientes minerales esenciales para los animales; por lo general se los considera en conjunto, debido a algunas semejanzas en las funciones que cumplen y porque se complementan al ejercerlas.

El potasio, después del calcio y el fósforo, ocupa el tercer lugar en la composición mineral de los animales; unos dos tercios del mismo está localizado en la piel y en los músculos. El potasio está ubicado principalmente en el interior de las células, en tanto que el sodio en los líquidos extracelulares. Ambos están asociados en muchas reacciones fisiológicas.

La alimentación con grandes cantidades de sodio durante el período preparto puede provocar hipocalcemia, mientras que la alimentación durante el período posparto estimula la ingesta de agua, la tasa de paso a través del tracto gastrointestinal y, por lo tanto, la ingesta de alimento.

La deficiencia de sal produce pica (comportamiento anormal que consiste en comer o beber materiales que no son comestibles) y, por lo general, tarda de 2 a 3 semanas en ocurrir. Un signo de deficiencia de sal es el consumo de orina por vacas deficientes.

La toxicidad de la sal puede ocurrir si no hay agua potable adecuada, con edema de la ubre y, finalmente, muerte del animal.

No dude en consultar a nuestro equipo técnico para solicitar asesoramiento sobre la mejor estrategia nutricional, aplicada a las necesidades particulares de su ganado.